- ¿Cómo te va en la cárcel, hijo?
- Muy bien, mamá. Tengo mi habitación, televisión, me dan de comer...
- Pues pórtate bien, que no te echen.
- Señorita, en donde decía sexo usted debió haber puesto femenino, y no cuatro veces al día. Pero el empleo es suyo.