Me acuerdo cuando mi papá me dio plata para pagar la cuenta de la luz. Estaba yendo a la oficina de pago cuando veo el cartel del sorteo de una camioneta, y con la plata que me dio mi papá para pagar la luz, compré un número. Después volví a mi casa, le conté a mi papá lo que hice, se enojó y me cagó a palos.
Al día siguiente, al levantarse mi papá, abre la puerta y se encuentra con una camioneta enorme y nueva estacionada enfrente de mi casa. Automáticamente empezamos a llorar todos, en especial yo. Era la camioneta de la compañía eléctrica que nos venía a cortar la luz. A mí me cagaron a palos de nuevo.
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