miércoles, 25 de mayo de 2016

Peligroso número circense

   Llega un circo a la ciudad y el espectáculo incluía un domador de cocodrilos.
   Empieza la función y el domador su espectáculo. Se saca la polla y la coloca en la boca del cocodrilo.
   - ¡Bravo, bravo, bravo! - aplaude el público a rabiar.
   En eso pregunta el domador:
   - ¿Hay entre el público algún valiente que se atreva a hacer lo mismo?
   Y grita un mariquita:
   - ¡Yo, yo, yo!... ¡Ay, por Dios, permiso... permiso!
   El domador le pide que baje, y cuando llega a la pista dice todo emocionado:
   - ¡Ahhhh! ¡Qué nerviooosss! ¡Espero poder abrir la boca tanto como el cocodrilo!

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