Un señor de 80 años fue al médico para un chequeo de rutina y el doctor le preguntó cómo se sentía.
- ¡Nunca estuve mejor! -le respondió-. Tengo una novia de 18 años embarazada que tendrá un hijo mío.
El doctor pensó por un momento y dijo:
- Permítame contarle una historia. Yo conocí a un hombre que era un ávido cazador, nunca se perdió una temporada de caza, pero un día salió rápido y se confundió, tomando su paraguas en vez de su rifle. Así que el estaba en el bosque y apareció un gran oso frente a él. Entonces levantó su paraguas, le apuntó al oso y disparó.
- ¿Y qué pasó? -preguntó el anciano.
- El oso cayó muerto frente a él.
- ¡Es imposible -exclamó el señor-, algún otro hombre debió haberlo hecho!
- A este punto quería llegar... -dijo el doctor.
El doctor pensó por un momento y dijo:
- Permítame contarle una historia. Yo conocí a un hombre que era un ávido cazador, nunca se perdió una temporada de caza, pero un día salió rápido y se confundió, tomando su paraguas en vez de su rifle. Así que el estaba en el bosque y apareció un gran oso frente a él. Entonces levantó su paraguas, le apuntó al oso y disparó.
- ¿Y qué pasó? -preguntó el anciano.
- El oso cayó muerto frente a él.
- ¡Es imposible -exclamó el señor-, algún otro hombre debió haberlo hecho!
- A este punto quería llegar... -dijo el doctor.
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