Chichí, una señora "muy mayor", le pide a su hijo:
 - "Nene", (el nene tiene 62 años, calculen la edad de la mamá)
 - Sí, mamá -le dice el nene.
 - Quiero hacer una reunión con las chicas y me gustaría que me
organices un  poco...
 - Cómo no mamá, quédate tranquila que yo te arreglo todo.
- ¿Arreglar, qué?
- ¡¡La fiesta, mamá!!
- ¡Ah si! ya me había olvidado.
 Esa tarde el hijo llama a la madre a la cocina, y le muestra un papel
 pegado en la nevera:
 1- Servir té
 2- Servir sándwiches
 3- Servir más té
 4- Servir pastas
 - ¡¡¡Qué bueno!!! -dice la señora-, ahora no tendré problemas... gracias "nene".
Esa tarde llegan las "chicas"...
Chichí, buena anfitriona, las acomoda en el salón, se excusa y va a la cocina.
Lee:
1. Servir té
 Y allí les lleva té a sus amigas, en una coqueta mesita...
Al rato de conversar sobre sucesos actuales (Chichí, te acuerdas cuando
en 1931...)
Chichí, nerviosa, va a la cocina y lee otra vez:
1. Servir té
 Y les sirve más té... así 4 veces.
 Por fin las chicas se van.
 Una de ellas le susurra a otra mientras salen del edificio:
- Tota, ¡has visto Chichí qué mala anfitriona! ¡Ni un té nos ha dado!
 Tota, le responde: Chichí, ¿de qué Chichí me hablas?
 Esa noche el hijo de Chichí llega a la casa de su madre y se asombra,
al ver que los paquetes de sándwiches y pastas están intactos. Le
pregunta:
 - ¿Mamá, que ha pasado?
Chichí le responde: ¡¡Podrás creer que las desgraciadas no han venido!!
 
 
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