Chichí, una señora "muy mayor", le pide a su hijo:
 - "Nene", (el nene tiene 62 años, calculen la edad de la mamá)
 - Sí, mamá -le dice el nene.
 - Quiero hacer una reunión con las chicas y me gustaría que me
organices un  poco...
 - Cómo no mamá, quédate tranquila que yo te arreglo todo.
- ¿Arreglar, qué?
- ¡¡La fiesta, mamá!!
- ¡Ah si! ya me había olvidado.
 Esa tarde el hijo llama a la madre a la cocina, y le muestra un papel
 pegado en la nevera:
 1- Servir té
 2- Servir sándwiches
 3- Servir más té
 4- Servir pastas
 - ¡¡¡Qué bueno!!! -dice la señora-, ahora no tendré problemas... gracias "nene".
Esa tarde llegan las "chicas"...
Chichí, buena anfitriona, las acomoda en el salón, se excusa y va a la cocina.
Lee:
1. Servir té
 Y allí les lleva té a sus amigas, en una coqueta mesita...
Al rato de conversar sobre sucesos actuales (Chichí, te acuerdas cuando
en 1931...)
Chichí, nerviosa, va a la cocina y lee otra vez:
1. Servir té
 Y les sirve más té... así 4 veces.
 Por fin las chicas se van.
 Una de ellas le susurra a otra mientras salen del edificio:
- Tota, ¡has visto Chichí qué mala anfitriona! ¡Ni un té nos ha dado!
 Tota, le responde: Chichí, ¿de qué Chichí me hablas?
 Esa noche el hijo de Chichí llega a la casa de su madre y se asombra,
al ver que los paquetes de sándwiches y pastas están intactos. Le
pregunta:
 - ¿Mamá, que ha pasado?
Chichí le responde: ¡¡Podrás creer que las desgraciadas no han venido!!
martes, 3 de mayo de 2011
Real como la vida misma
Dos señoras se encontraron después de un  buen tiempo sin verse y una  le pregunta a la  otra:
- ¿Y cómo están tus hijos, Margarita y  Francisco?
- Ay, querida, Margarita se casó muy bien. Tiene un esposo maravilloso:
Él se levanta de madrugada para cambiar los  pañales de mi nieto, prepara  el café en la mañana, lava los platos y ayuda  en la cocina. Le tiene una muchacha que le limpia la casa, le compra  coche nuevo cada año, la lleva  de viaje dos veces al año. Después de todo es  muy bueno en su trabajo. Un  amor de yerno, gracias a  Dios.
- ¡Que bien, querida amiga! Y tu hijo  Francisco, ¿también se  casó?
- También se casó, pero tuvo mala suerte. Su  matrimonio anda muy mal...
Imagínate que él tiene que levantarse de  madrugada para cambiar los pañales de mi nieto, hacer el café en la mañana,  lavar los platos y tiene que  ayudar en la cocina! Y después de todo esto sale a  trabajar para conseguir el sustento, pagarle una chacha que le limpie  la casa, lo fuerza para que salgan de viaje dos veces al año, y lo peor, ¡quiere coche nuevo cada año!... ¡¡Pobre de mi hijo, ella es una cabrona!!
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
 
