-Vanessa, ¿es cierto lo que dicen las vecinas, que te acuestas con tu novio?
-¡Ay, mamá! ¡Qué chismosas son las vecinas! ¡Me acuesto con uno cualquiera y ya están diciendo que es mi novio!
Una señora desagradable, fea, ácida, con malas pulgas y cara rencorosa entra en una tienda con sus dos niños. Les grita, insulta, regaña, estruja y tironea sin parar. El encargado de la recepción se dirige amablemente a ella y le dice: - ¡Buenos días señora, bienvenida a nuestra tienda! Tiene usted dos hermosos niños, ¿son gemelos? La malvada señora deja un momento de gritar y con una mirada entre agria y burlona responde al encargado: - ¡Por supuesto que no! El mayor tiene 9 años y el otro 7. ¿De dónde coño saca usted que podrían ser gemelos? ¿Es usted ciego o estúpido? Responde el encargado: - No señora, no soy ciego, ni estúpido... ¡simplemente no puedo creer que a usted se la hayan follado dos veces!
Un gallego estaba en el aeropuerto de Barajas. Iba a tomar un avión para visitar Galicia, cuando una cosa le llama la atención.
Era una computadora con voz, que identificaba a los pasajeros por un nuevo reconocimiento de imagen.
Cuando el gallego pasó, el sistema dijo:
- Francisco García, 52 años, español, casado, bigote, pasajero del vuelo 455 de Iberia.
Impresionado, el gallego se va para el baño, se afeita el bigote, se cambia la camisa y camina de una manera diferente para engañar al sistema.
Cuando pasa de nuevo por la computadora, la voz le dice de nuevo…
- Francisco García, español, 52 años, ahora sin bigote y con camisa nueva, pasajero del vuelo 455 de Iberia.
Paco no se da por vencido, se va de nuevo al baño y abre la maleta donde tenía los regalos para María, su esposa.
Se maquilló, se puso una peluca rubia, tacones altos, se pintó los labios, un vestido ajustado y dijo:
- Ahora sí engaño a esa máquina y le demuestro que soy más inteligente que ella.
Cuando pasa por la computadora, esta grita…
- Ahí viene de nuevo Francisco García, 52 años, español, travesti, y que por maricón perdió el vuelo 455 de Iberia.
Un hombre que tiene un tic nervioso que le hace guiñar un ojo, pide
trabajo como vendedor en una agencia de viajes.
- Según su curriculum, veo que usted está más que calificado para este trabajo -dice el jefe de personal- pero, desgraciadamente, no podemos contratar a un vendedor que esta constantemente guiñando el ojo a los clientes. - Pero espere -dice el hombre-, si me tomo dos aspirinas dejo de guiñar el ojo. - Muéstreme -dice el jefe de personal. Entonces el hombre se mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca una cantidad enorme de condones de todas formas y colores.
Finalmente encuentra un par de aspirinas y al ratito de tomarlas deja
de guiñar el ojo.
- Es excelente, ha dejado de guiñar el ojo -dice el jefe-. Pero no podemos tener vendedores que sean mujeriegos en nuestra empresa. - ¿Qué quiere decir? -pregunta el hombre. ¡Yo estoy felizmente casado! - ¿Y como explica todos esos condones? -dice el jefe. - ¡ Ah ... ! Eso ... -dice el hombre-. Haga usted la prueba de ir a una farmacia y pedir aspirinas guiñando el ojo ...a ver qué le dan. |