Está un tío en una comida de etiqueta y de pronto le entra un dolor de estómago terrible. al ver que no puede más decide tirarse un peo, y para disimular, según se lo tira, tose, pero le sale un gargajo y le empieza a picar la garganta. Así que el tío estornuda, con tan mala suerte que le quedan dos velas colgando de la nariz, de unos cinco centímetros cada una. Nerviosísimo por la situación decide sorberlas, pero le da tanto asco que va y vomita encima del plato. En ese momento se levanta el anfitrión y le dice:
-¿Qué?¿Con las orejas no sabes hacer nada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario